La vacuna antitífica se puede colocar en el trabajo para proteger a los trabajadores contra la fiebre tifoidea, una enfermedad infecciosa que puede ser adquirida al consumir alimentos o agua contaminados con la bacteria Salmonella typhi. Los trabajadores que viajan a áreas con alta incidencia de fiebre tifoidea o que trabajan en entornos donde la higiene es un desafío (como los trabajadores de la industria alimentaria o los servicios de saneamiento) corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad.

La colocación de la vacuna antitífica en el trabajo es una medida preventiva importante que puede ayudar a reducir el riesgo de infección entre los trabajadores, prevenir brotes de la enfermedad y asegurar la seguridad y salud de los empleados. Además, la colocación de la vacuna en el trabajo puede ser más conveniente para los trabajadores y puede ayudar a garantizar la conformidad con las regulaciones de salud y seguridad ocupacional.